sábado, 23 de febrero de 2013

Amigo Juan:
Supongo que hoy estarás pelín bipolar. Por una parte, que tu Club de toda la vida te de una patada y te mande a la puta calle, te debe haber sentado como un sarpullido en las gónadas. Por otro, que ¡por fin!, puedas dejar atrás las zancadillas y los ninguneos del dictadorzuelo de turno, te habrá dejado como perro al que le quitan pulgas... o garrapatas.
 
Otro más que se va. Otro más que se quita de enmedio el señor que todo lo puede. En este caso, con ese impecable verbo y erudito léxico de los comunicados en la web oficial, tu despido "obedece a criterios de reestructuración interna con el fin de recuperar el equilibrio que permita la continuidad de la actividad". ¡Tócate los cojones, Juanillo!.

Es decir, que a Córdoba llega un tipo a hacerse cargo de un Club, y año y medio después, sin poner un duro, y tras las ventas de Borja, Hervás y Fernández, y el taquillón del Barça, ahora hay que recuperar el equilibrio económico, no vaya a ser que tu sueldo desestabilice el Club.
 
Desconozo, Juan, qué cobrabas. Seguro que bastante menos de lo que vales. Pero estoy convencido que has sido, con mucho, la persona más rentable de esta sociedad cada vez más anónima y menos blanquiverde.

Es vergonzoso que una entidad que pretende ser seria, y que representa a varios cientos de miles de cordobeses, tenga la poca clase, las malas formas, y la cara tan dura, de cargarse de un plumazo, con una carta de despido, tantos y tantos años de corazón blanquiverde, cosa que pocos pueden decir, sobre todo, aquellos que están recién llegados y han elegido el Córdoba C.F. como segundo plato, tras fracasar en el intento de ser Presidente del Real Madrid.

Ahora, como en la película "Los padres de ella", el Sr. González de Niro te ha sacado de su círculo de confianza. A tí, que has trabajado en la sombra, con seriedad, con disciplina, con amor a tus colores y, sobre todo, con discrección.

En fin, Juan, disfruta a partir de ahora de tu gente, desconecta el móvil, y descansa, que esto no acaba aquí. Nos tomamos un café o una cerveza cuando quieras. Y hablamos de fútbol; ya sabes, no de gente que dirige equipos de fútbol, sino de fútbol, que es lo que nos gusta.
 
Tranquilo, Juan, que la honradez siempre ha podido con la prepotencia. No hay mal que cien años dure.
Un abrazo,
 
Paco López-Cordón V.

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